Monday, February 12, 2007

BRAVEHEART EN YUCATÁN

Ahora resulta que aquí en México toda la banda es experta en la cultura maya. Gente que no ha leído un libro sobre el tema en su vida ha condenado a APOCALYPTO por retratar de forma “deplorable” a “nuestros ancestros”. Sí, también ahora resulta que nomás porque nacimos en territorio mexicano, por default, los mayas son nuestros ancestros.

Así es, para mucha gente los mayas son ancestros. Están muertos. Desaparecieron hace mucho mucho tiempo por culpa de los españoles. Y todos esos indios del sur de México, Guatemala, Belice, Salvador y Honduras no son más que una bola de indios huevones en el peor de los casos, y unos pobrecitos desafortunados en el mejor. Aunque en realidad, ellos son mayas.

Lo peor de APOCALYPTO no son sus “errores” históricos, sino la santurronería con la que han saltado todos, desde “indigenistas” profesionales, pasando por los amateurs hasta los fresijipis que lo único que saben de los mayas es lo que le han escuchado a otros fresijipis más viejos que ellos, para quejarse de la visión “errónea” del no menos desquiciado cineasta Mel Gibson.

Hablemos primero de lo que sí es APOCALYPTO. Es una película de acción, típicamente hollywoodense, afín a la obra de su director, en la que un individuo de una comunidad pacífica ve su vida casi destruida por la invasión de otro grupo más fuerte que intenta acabar con ellos, y por consiguiente tiene que buscar la manera de liberarse. Básicamente, es Braveheart en Yucatán. El twist aquí es el discurso. La película argumenta que una cultura grandiosa que se convierte en imperio sólo puede terminar debido a sus propios vicios y errores. Si bien como espectáculo visual y auditivo, APOCALYPTO es impresionante y tiene toques de genialidad (la ví en el IMAX, eso ayuda), sus ambiciones como exploración de la decadencia de una gran cultura se quedan un poco a medias. Para Gibson, como ya lo demostró en La Pasión de Cristo, la decadencia se puede expresar en formas simplistas como exceso de violencia, comportamientos grotescos y asquerosidades de todo tipo. Sacrifica, a favor del ritmo vertiginoso y el espectáculo, una exploración más profunda de este aspecto de su argumento. Lo único que sabemos de esta cultura decadente, es que invaden pueblos pacíficos, matan, violan y hacen todo tipo de cosas muy feas, pero no hay mayor análisis de lo que, en teoría, sería la podredumbre interna, o las causas de la muerte moral y espiritual de esa cultura. Existen teorías, por ejemplo, que dicen que los procedimientos agrícolas de los mayas se jodieron la selva y eso influyó en su decadencia, lo cual hubiera sido un buen paralelo con nuestro mundo actual, más nada se menciona de algo así (hubiera estado chido, los fresijipis se hubieran enojado más). Sin embargo, la película no sufre demasiado por eso. Es tan ágil y eficiente en su narrativa, y funciona tan bien como película de acción, que no creo que vaya a haber otra cinta de su género en el año que logre tan bien su cometido. Digamos que, para una película hablada en maya, sin estrellas, y con el nivel de violencia que contiene, prueba que cualquier tipo de escenario funciona si la historia y el desarrollo de la misma están bien estructurados.
Ahora hablemos de lo que no es.

APOCALYPTO no es, como algunos han querido decir, un retrato “denigrante” de los mayas. De hecho, como tanto los “buenos” como los “malos” son mayas, y los dos grupos son retratados de formas tan diferentes, es difícil siquiera afirmar que la película trate de hacer un retrato de la cultura completa. Los buenos, por ejemplo, son bastante normales. Los primeros quince minutos de la película se dedican a presentárnoslos. Una pequeña comunidad donde todos trabajan en equipo, ríen, se ayudan. Todavía más, Gibson logra establecerlos a todos como individuos, con cualidades y personalidades distintas. En contraste, los “villanos” no tienen características únicas. Todos se portan y reaccionan igual. Esto va acorde con su discurso. Una sociedad “primitiva” tiene más humanidad que aquella que se ha “civilizado”.

Ha habido quejas por todos lados, en programas de alto nivel intelectual y vibra amigable con los grupos indígenas de nuestro país como “Venga la Alegría” y “Hoy”, de que APOCALYPTO se obsesiona por retratar a los mayas como una bola de salvajes que vivían entre la mierda al tiempo que ignoran el hecho de que eran “unos genios”, que descubrieron el cero, que eran grandes astrónomos, blablabla. Opiniones hechas por gente simplista que no entiende algunas cosas básicas sobre los seres humanos.

Sí, la cultura maya descubrió el cero, y sabemos por sus calendarios, que tenían un profundo conocimiento del comportamiento del universo. Eso lo podemos decir también de los seres humanos de hoy, pero no es lo mismo hablar de Albert Einstein que de los cantantes de reggaeton. El hecho de que los sacerdotes y las altas esferas del poder tuvieran ciertos conocimientos no quiere decir que todos los tenían. El hecho de que los líderes mayas vivían como reyes y apreciaban el arte y las cosas finas de la vida no quiere decir que todo el pópulo estaba igual. La historia del hombre no es así. No lo fue así nunca ni lo es así ahora. ¿Cuánta gente conocen que escucha a Mozart todos los días?

La visión jipiosa de los mayas es de cuento de hadas. Inditos super buena vibra que vivían agarrados de la mano y viendo las estrellas todas las noches, nobles de espíritu inquebrantable, unos “genios”. Aparentemente, un caso único en nuestra historia: una civilización de alcances romanos que llegó ahí nomás por sus buenas intenciones. Guerreros justos que nunca hicieron nada salvaje. ¿Cómo piensan que son las guerras? ¿Cómo piensan que eran las condiciones de vida de la gente no sólo de América, sino del mundo en los 1400?

Esto además, sin considerar el hecho que cualquiera puede encontrar en un libro al respecto o en wikipedia (y que es tan debatible como cualquier otra afirmación), de que la cultura maya tuvo un periodo llamado preclásico y otro posclásico, en el que entra lo que se denomina la “decadencia” maya, y que para cuando llegaron los españoles, los mayas estaban sólo en ciudades-estado que se dividían en dos tipos: de mercaderes y “decadentes”, donde los pobladores ya habían adoptado la visión y costumbres de los aztecas, el imperio del momento, y que puede explicar los similitudes entre las costumbres de los dos grupos que aparecen en la película. Sí, todos los imperios de la historia han tenido una época de esplendor y otra de decadencia y graciosamente todos se han parecido en ese respecto. Mel Gibson ha dicho que su intención con APOCALYPTO es hacer una referencia justamente, de esto, hasta cierto punto, debido a su postura política respecto a la guerra de Irak.

Y por cierto, la llegada de los españoles no está ahí para significar que llegan a “salvar” a nadie. Es un punto bastante claro acerca de cómo cada vez que una cultura termina llega otra y se apodera.

Para cada queja de inconsistencia o inexactitud histórica, hay un contra argumento, y de todos modos, ¿De dónde saca la gente que una película tiene que ser un retrato exacto de una cultura? ¿De dónde sacan que eso es de hecho, posible?

Hay mucha gente ahí afuera que no entiende el arte. No entienden de licencia artística, ni de cómo se puede usar un hecho histórico para argumentar algo como artista. No entienden que una película, incluso un documental, es una realidad alterada cuando mucho, y una ficción, cuando menos. Si quieren saber más de los mayas, deberían de leer un libro al respecto, buscar datos en Internet, y aún así tomar todo con recelo. APOCALYPTO, una película de acción hollywoodense, no es una fuente fidedigna de datos históricos sobre los mayas, de la misma forma en que TRAINSPOTTING no es un retrato fidedigno de los escoceses, SCHINDLER’S LIST de los alemanes, o HARRY POTTER de Inglaterra.


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