Tuesday, July 03, 2007

THE BIG ONES

Muchos de los grandes cineastas, tras años o décadas de contar con cierto apoyo de la crítica y el público, deciden aventarse una película que la lógica indicaría es mejor dejar por la paz. Grandes producciones, usualmente de altos presupuestos difíciles de reunir, con frecuencia rondando o sobrepasando las 3 horas de duración, con temas “importantes” o centradas más en pintar un lienzo gigante que en simplemente contar una historia íntima. Yo las llamo “The Big Ones”, pues son proyectos gigantescos pero personales, y mi la mayoría de los cineastas que tienen reconocimiento lo intentan al menos una vez. Y puedes sentir en cada segundo que “they mean business”, que esta no es una empresa cualquiera para ellos. No siempre funcionan, pero en general al menos son fascinantes en un sentido estrictamente megalómano. Enumero algunas “from the top of my head”:
AKIRA KUROSAWA
A este wey, tal vez más que a cualquier otro, le debemos este tipo de películas. Él fue quien popularizó las películas de 3 horas cuando básicamente nadie las hacía. Su éxito le permitió sumergirse en varias durante su larga carrera, de las cuales, para mí, la que cumple más con las características de una big one es RAN, su adaptación del Rey Lear al Japón Medieval, una majestuosa épica que incidentalmente es una de las visiones más oscuras de la humanidad que se hayan plasmado en el cine. Una reflexión del siglo XX, el siglo de la luz y la oscuridad más profundas.

OLIVER STONE
Stone es otro de los que no le teme a nada, pero su proyecto más personal, el sueño de su puta vida, no fue lo que el mundo esperaba. ALEXANDER (que vi dos veces para cerciorarme de lo desatinada que fue) nomás no dio una. Como quiera, Stone ya había hecho una épica íntima y fascinante que sí está chida, sobre otro líder, éste decadente, en el 95. Se llama NIXON.

SERGIO LEONE
Hay gente, como Sergio Leone, que no sabe trabajar en pequeño. Chequen EL BUENO, EL MALO Y EL FEO, una película bastante simple pero gigantesca, para muestra. Por eso, su Big One es más big one que lo usual. Dedicado por diez años a hacerla, ONCE UPON A TIME IN AMERICA es la clase de película que ya no se hace. Larguísima, compleja, llena de detalles, y hecha con un amor que se escurre de la pantalla. Nadie intentó siquiera igualarla en Hollywood hasta el día en que el siguiente en la lista tuvo la suerte.

MARTIN SCORSESE
Por treinta años, Scorsese intentó llevar GANGS OF NEW YORK a la pantalla, y nunca se le hizo hasta que Leonardo di Caprio, con el éxito de TITANIC en la bolsa, convirtió a lo que una vez fue planteado como un “western espacial” en una película con posibilidades comerciales. GANGS no es la obra maestra que pudo ser (nunca veremos el corte original de cuatro horas que Miramax obligó a cortar), pero igual que Stone, tal vez sin proponérselo, Scorsese ya había hecho una épica bastante magistral en CASINO, y se aventó otra extraordinaria con THE AVIATOR.

LUCCINO VISCONTI
Con IL GATOPARDO, Visconti logró una de sus mejores películas, y una de las más celebradas de la historia. Tremenda meditación sobre la mortalidad a través de la historia de una familia de aristócratas enfrentando la revolución siciliana. Tiene a Burt Lancaster en el que él describió como “mi mejor trabajo”, y cuenta con una de las secuencias claves del cine moderno, la del baile en la fiesta, que dura 45 minutos, y que dice todo sin usar las palabras.

INGMAR BERGMAN
Bergman es tan brillante que toda su obra se siente fríamente calculada. Incluso cuando no te gusta la película, sabes que el tipo puso en la pantalla justo lo que quería. Con FANNY & ALEXANDER, se despedía del cine (aunque hace un par de años retornó brevemente con SARABAND, hermosa). Y como despedida fue fastuosa, larga, increíble. No cualquiera puede decidir despedirse del cine con una obra maestra, pero Bergman lo hizo. Todo en ella es perfecto.

FRANCIS FORD COPPOLA
Si por él fuera, todas sus películas serían big ones. De hecho, casi todas lo son. Ciertamente en sus créditos esta la big one por excelencia: APOCALYPSE NOW. Se necesitaba de él para que un proyecto planeado como cine de guerrilla, en 16mm, se tornara en lo que finalmente fue. Pero el resto de su obra contiene otros tantos intentos por cosas similares: EL PADRINO 2 es bastante ambiciosa, ONE FROM THE HEART, TUCKER, DRACULA...Hay muchas. De hecho, la falta de apoyo para su visión es lo que lo obligó a retirarse del cine en los últimos años (ya terminó su más reciente película pequeña), pero sigue amenazando con de alguna forma, hacer realidad su proyecto soñado, MEGALÓPOLIS. El nombre lo dice todo.

JAQUES TATI
PLAYTIME es la gran obra de Tati, una de esas películas incomparables literalmente, porque de verdad, no hay por dónde compararla. Extraña, graciosa, sin trama, sin personajes. El mundo creado por Tati, de vidrio, metal y futurismo, al servicio de sí mismo. Casi todos los que la ven coinciden en que la mejor manera de vivir esa experiencia es como originalmente se planeaba: en un cine con pantalla para 70mm. Única.

DAVID LEAN
Junto con Kurosawa, es el master de lo grandote. Todavía lo imitan, pero vean LAWRENCE DE ARABIA y se darán cuenta que casi todo palidece en comparación. Ademas, el sí logra sin problema darle igual balance a la grandiosidad de la producción con la intimidad de la historia. Es una película imposible de concebir hoy en día, un verdadero acto de fe que se haya hecho como se hizo, y ahí está. Su fama está justificada.

FEDERICO FELLINI
La épica postmoderna, aquella ubicada en una realidad cercana en vez de en tiempos pasados o imaginarios, comenzó con LA DOLCE VITA. Y Fellini básicamente se quedó en esa onda por el resto de su carrera. Sus dos verdaderas big ones, en el sentido de que su grandiosidad iguala a su contenido, son LA DOLCE VITA, la película más alegre sobre la desesperanza, y 8 ½, hasta ahora la confesión más personal que un cineasta haya puesto en la pantalla.

KUBRICK
Podría dar un sólo ejemplo, pero está claro que este wey, después de 2001, operó en la zona big one en cada película. He meant business all the way.

1 Comments:

Blogger Mario said...

"Fanny y Alexander" es un portento: todo está en esa película, depurado, comprimido y a la vez con una profundidad abismal, como la secuencia de las marionetas y el horror que de repente se asoma tras las cosas familiares... Genial el post, es uno de tus "big ones"...

11:54 AM  

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