Tuesday, July 03, 2007

LYNCHLAND EMPIRE

Hace algunos meses escribí aquí mismo acerca de DUMBLAND, la serie de cortos animados hechos completamente por David Lynch, primero para su website y luego editados en un dvd. Su principal punto de interés, dije en aquel entonces, era su naturaleza de expresión artística de parte de un sólo individuo sin el filtro de los colaboradores. Es decir, un producto audiovisual hecho al mismo nivel de solitario que una pintura. El cine tan personal como se puede.

La más reciente película de Lynch, INLAND EMPIRE, es un paso más en esa dirección. Y es un gran paso, cuya importancia tal vez vaya a ser apreciada con más claridad en algunos años. Tres años de rodaje, sin guión, con una cámara de video y un grupo de actores dispuestos a seguirle el juego a su director han dado como resultado algo que Lynch ha buscado desde ERASERHEAD hace 30 años, y a lo cual se ha aproximado en algunas ocasiones: una película completamente impresionista.

De hecho, a INLAND EMPIRE no se le puede juzgar, analizar o estudiar como a una película común y corriente, porque cualquier teoría o “regla” acerca de cómo debe ser un filme es tirada por la borda una y otra vez desde el inicio hasta el final. De hecho, la narrativa que Lynch propone es una que pasa a segundo, tercer, cuarto plano. Esta es una película de sensaciones, texturas, sonidos, y emociones. La historia viene después. La interpretación, por fin, puede ser tan diversa como las personas que la busquen. Siendo claros, ¿Recuerdan esos últimos diez o quince minutos de MULHOLLAND DRIVE donde todo parece aclararse pero no y donde la sensación de “what the fuck?” se apodera de uno y te das cuenta que es mejor dejar de intentar comprender la película en términos razonables? Pues INLAND EMPIRE son esos minutos multiplicados por 30...
Seguro, la condición de experimento mayor de INLAND EMPIRE la convierte en divisora de opiniones. Hasta los fans podrían caer en las opiniones encontradas, dividiéndose entre aquellos que consideran el estilo de Lynch como “raro” y “curioso”, y los que estén dispuestos a entrar de lleno en su propuesta.

Por regla, yo nunca leo nada acerca de películas que quiero ver sino hasta después de verlas. Rara vez conozco la trama. Lo único que me interesa saber son detalles técnicos: quién dirige, quién actúa, quién escribe o fotografía. Prefiero entrar a la sala sin idea de nada. Algunos me han visto taparme los oídos en el cine durante los trailers (que tienden a contar toda la pinche película de una forma espantosa). Pero INLAND debe ser la primer cinta de mi vida que es inmune a esto. Podría contar escenas enteras sin arruinar la experiencia, porque es todo tan críptico y sensorial que no importaría.

Y dadas sus características, puede resultar fácil para algunos tildar despectivamente a INLAND como algún tipo de experimento amateur, comparable con películas de estudiantes de arte que todavía no saben bien qué pedo, pero definitivamente no es así. Se requiere harto talento y seguridad para lograr una película de tres horas como esta. Lynch es capaz de hacerte sentir por personajes que ciertamente, no conoces, ni siquiera tras horas de verlos en situaciones bizarras sin tener la coherencia a la que estamos acostumbrados. Es muy sorprendente la reacción emocional que obtiene del público tomando esto en cuenta (o sin tomarlo, de hecho). Y especial crédito se merece Laura Dern, la protagonista, que se entregó por completo al experimento y brinda la actuación de su carrera. No cualquiera tiene los huevos para hacer algo como lo que ella hace aquí con tanta convicción. Si los óscares fueran relevantes ella hubiera estado al menos nominada en la última entrega.

Una de las cualidades que hemos llegado a agradecer de Lynch es la belleza estética de sus películas. Artista plástico de origen y aún pintor y escultor, si algo ha tenido en su haber son hermosas combinaciones de colores, texturas y luces. Hasta las actrices son un caramelo (las chicas que aparecen aquí son suficiente razón para no quejarse de nada). Inicialmente, la reacción ante el footage de video de INLAND puede ser decepcionante. Pero miren bien lo que hace y se torna hermoso. Lynch le saca el provecho de una forma espectacular. Como él dice, la oscuridad del video le da más “espacio para soñar”. Ahora está convencido de seguir con digital por el resto de su carrera, y con experimentos como éste en puerta, no le queda de otra realmente.

Todo esto no quiere decir que INLAND EMPIRE carezca de lógica. Estoy seguro que la tiene. Lynch mismo afirma que es de vital importancia que el creador tenga una explicación para sí mismo de lo que está haciendo. No le gustan los trucos, ni las arbitrariedades. Pero no lo van a escuchar a él explicando nada en el futuro cercano. “La gente debería de sacar sus propias conclusiones”. Tal vez en una tercera, o cuarta vista yo le encuentre a algún sentido “normal”, pero no lo considero necesario. De hecho, a los cinco minutos de comenzada esta película, me di cuenta que era inútil tratar de comprender algo en el sentido usual y mejor me dejé llevar, disfrutando momento a momento, de lo que se me ofrecía. Y me resultó chingón. Sentí miedo, lástima, compasión, inquietud, risa, y otras cosas que las palabras no pueden describir del todo.

¿Es una película perfecta? No sé. Como dije, ni siquiera sé cómo juzgarla, qué parámetros tomar. Es como ver una pintura en movimiento. Sé que en la primera vista, algunas escenas (como la de la vecina que llega a tomar café) no cuajan completamente, pero mayormente sí. Mayormente me queda la sensación de haber nadado en una pesadilla hermosamente elaborada. Tal vez pudo haber sido menos larga, pero tal vez necesito volverla a ver. Y de hecho, lo haré en cuanto pueda.

Lo que sí sé es que, como obra importante dentro del que probablemente es el cineasta americano más importante de la actualidad, tal vez estemos ante un parte aguas. ¿Es este el futuro del cine? Durante más de cien años, el cine ha estado confinado mayormente a contar historias. Ha sido una variación de la literatura, o casi un prisionero. Ha habido esporádicos intentos en todo este tiempo por liberarlo, por hacerlo un medio expresivo más que narrativo, pero la naturaleza del mercado ha hecho esto muy difícil. Con la democratización de los recursos, tanto de producción, como de distribución (INLAND EMPIRE fue distribuida por internet, ningún distribuidor grande la quizo agarrar), tal vez en algunos años, con la libertad que eso implica, más y más cineastas encuentren el espacio para darle al cine nuevas dimensiones. Y nada más por eso, INLAND EMPIRE y lo que representa en todos los sentidos, me emociona mucho.



1 Comments:

Blogger Blue Velvet said...

Me gusta tu comentario del Imperio de Lynch... la manera en que la describes está perfecta... asi es: una peli impresionista por donde la veas... no es mi favorita, pero lo particular que tiene Lynch para mi es que te induce a ver dos o más veces sus películas... siempre hay algo que uno quisiera aclarar bien... aunque, a veces, no se aclara nada... pero te deja el un muy sui generis sabor...

11:02 PM  

Post a Comment

<< Home