Tuesday, June 27, 2006

GOOGLE SEARCH: ¿Quizás quiso decir MALO?


Ok panistas, lo lograron. Les tomó meses, chingada madre, pero lo lograron. Me han convencido. Voy a votar por AMLO. Parafraseando a Renton en Trainspotting: “¿Las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes a una bola de bullys emprendiendo la campaña de fomento de miedo más agresiva de la que yo tenga memoria en este país?”. Francamente, no creo que AMLO vaya a cambiar mucho a México, no creo que vaya a lograr que la pobreza desaparezca. La verdad ni siquiera creo que me vaya a ayudar mucho que él esté de presidente. Puta, he jalado en campañas políticas del PAN de una forma u otra en los últimos cuatro años, así que desde el punto de vista práctico, por pura conveniencia, debería votar por el PAN. Pero estoy harto. No que antes no tuviera suficientes razones para decirles a todos que el PAN probablemente no es la opción que buscamos, pero la manera en la que se han encargado de difundir mensajes de odio contra un candidato me asquea. Usar los temores de la gente para ellos quedarse con el lonche me repulsa. Ni por un segundo voy a creer que Felipe Calderón y su partido trabajan por el bien de este chingado país, porque una persona que trabaje por el bien del país no fomentaría tal sucia y chafona manera de hacer política.

La neta es que el PAN no ha hecho campaña para Felipe Calderón. Lo que han hecho es una campaña antiAMLO. Y solo eso es suficiente para que se den una idea no del amor que le tienen a México, sino del tamaño que se les está haciendo el culo pensando en que hay amplias probabilidades que a partir de este año se les acabe el cochinito.

Lo más molesto de todo este malviaje son los mails que la banda ha estado mandando con todo tipo de afirmaciones absurdas. Decir que AMLO es mentiroso, como si eso no fuera un atributo de cualquier otro político de cualquier otro partido no es ingenuo, es francamente estúpido. Trashearlo por su desempeño en el DF es la más grande pendejada. Así que el DF, la ciudad más grande y poblada del tercer mundo tiene problemas...PUTA, pinche AMLO pendejo que no supo resolverlos. La neta, hasta me siento imbécil refutando semejantes tonterías. Le daba mucho más crédito a la gente educada de este país, pero es triste ver que seguimos siendo una bola de incongruentes.

Así que espero que este desagradable circo termine, y realmente espero que los panistas pierdan. Porque hay demasiados huevones en cargos públicos, y gente que me ha dicho que jalar en el PAN es lo mejor porque: “está con madre, nomás te haces pendejo”, e ideas estúpidas como que Elena Poniatowska es una pobre viejita que “da lástima”. El último que recibí, decía que AMLO: “No habla inglés”, como si eso tuviera la más mínima importancia para entender los problemas sociales y económicos de este país. Me da coraje. Un diputado panista enfrente de mí se indignó porque la gente pide que les bajen sus ridículos sueldos. Seguro habla inglés. Y qué pedo con gente de mi generación que juzga a un candidato por si habla inglés o no??? Es triste ver que el pensamiento corporativo ha eclipsado los valores y ahora todo está al revés.

Fuck you PAN, espero que pierdas.

WHAT'S HE THINKING?

THE NEW WORLD


Tengo que iniciar sacando esto del paso: EL NUEVO MUNDO (The New World) puede ser considerada una película lenta. Tiene el ritmo pausado de la naturaleza, y es deliberado. Pero no es aburrida. Al menos no para mí, y estoy seguro, para mucha gente. Tengo que decirlo porque no puedo tomar en cuenta una opinión que me dice que una película ne donde todo se siente trascendente es aburrida. Es lo mismo que cuando me dicen que 2001 es aburrida. Una cosa es que el ritmo lento no siempre sea algo que uno tenga ganas de experimentar y otra cosa es que una película sea aburrida por tenerlo. Yo me atrevería a decir que una persona que se aburre con EL NUEVO MUNDO se ha desconectado al menos un poco de su lazo con la naturaleza, su sentido de descubrimiento y su capacidad de sorpresa. Diría como el personaje de NAKED, de Mike Leigh: “Yo no estoy aburrido, ese es tú problema, estás aburrido con la vida”.

Ya que sacamos eso del panorama, EL NUEVO MUNDO es para mí, el equivalente cinematográfico a escuchar una sinfonía chingona, o un disco de percusiones africanas. Te limpia el espíritu. Rebasa la anécdota, la historia. Es una experiencia. No me extraña que esta sea la primera película en incluir olores en la función (esto solo lo hacen en Japón, no esperen olores en el cinépolis). Es tal asalto a los sentidos, que se siente como si te envolviera un aroma. Como un regreso, digamos, al sentido del descubrimiento, de maravilla, a la inocencia de ver algo por primera vez, algo que nunca imaginaste que podía existir.

Terrence Malick toma la conocida historia de Pocahontas, y de la misma forma que hizo con la batalla de Guadalcanal en LA DELGADA LÍNEA ROJA, la transforma en un tratado filosófico acerca de la madurez que viene con la asimilación cultural y la relación del hombre con su entorno.

Es la segunda vez que la veo. La primera fue en video y me encantó, pero háganse un favor y si pueden véanla en el cine, la experiencia se va a multiplicar infinitamente.

Superficialmente, la película funciona porque es como transportarse en el tiempo al momento del encuentro primario entre dos culturas, entre dos seres humanos. Los europeos y los americanos todavía no saben el resultado final de su choque, y de una extraña forma, nosotros logramos olvidarlo por un momento también. Pero es cosa de que Malick esté detrás para que lo simple resulte complejo y viceversa. La voz en off, con frecuencia usada para narrar lo evidente, funciona como verbalización poética del punto de vista de cada personaje, sin importar momento o intención dramática. Con la ayuda de las imágenes, toma un significado aún más profundo, un cuestionamiento constante visual y auditivo del lugar del hombre en la naturaleza, de la naturaleza en el amor, del amor en la guerra.
Pocahontas crece y su madurez es motivo de lamento y celebración. Es una rareza que una película transmita tanto amor por la vida, por imperfecta que sea.
La secuencia inicial, donde la música y los sonidos de la naturaleza se mezclan al mismo volumen, es simplemente hermosa, diría que quita el aliento. Y qué efectiva es, que para cuando Pocahontas va a Europa, por primera vez en mi vida sentí lo exótico de la civilización occidental, con sus mercados, sus catedrales gigantes, sus jardines con árboles cortados como nubes. Tan exótica como la exótica América. Tan nueva como los ojos que la ven.

Yo sé que hay mucho cinismo ahí afuera. Sé que hay gente para la que esto va a llegar a ser insoportable, que no van a intentar siquiera entender el trip de la movie. Sé que hay una mayoría que prefiere ver X MEN 3 y que a EL CÓDIGO DA VINCI la considera una película intelectual. Que tal vez el marketing es engañoso y hace pensar que vamos a ver una historia de amor tan tradicional como la de Disney. Sé que hay gente para la que escuchar el viento, un río correr, o música clásica es algo aburrido y pretencioso. Pero no soy uno de ellos, y desde mi perspectiva, esta es una de esas películas que son buenas para el espíritu. Si te gusta, creo que ganas más que si no.

BECK IN DALLAS


Ir a Dallas, TX es como despertar un día en una versión más limpia y adinerada de Monterrey. Las diferencias son superficiales. Pero la esencia se mantiene intacta. Como regiomontano, no te sientes realmente extraño en Dallas, si acaso te sientes como el chico nuevo del colegio. A lo que voy es que Dallas es la calurosamente fría, corporativa y carente de alma ciudad que imagina el consciente colectivo. Había estado al menos cinco veces en Dallas antes y nunca había salido del aeropuerto. En esta ocasión, con el concierto de Beck como pretexto, tuve chance de ver un poco de la tierra de Bush, específicamente del centro, en la zona más fresa. Debo decir que nunca supe lo acertado del retrato que Robert Altman hace de los ricos de Dallas en DR. T & THE WOMEN hasta la semana pasada. Al parecer, lo que yo pensaba eran brochazos de comedia burda es sátira al punto. No existen lugares sin clima artificial. Las mujeres de todas las edades tienen senos enormes y perros pequeños. Calles enteras no cuentan con teléfonos públicos, porque nadie alrededor los necesita. No sientes la más mínima vibra de interés en algo que no sea banal como música clásica, teatro, o cualquier tipo de arte o movimiento social. La verdad, es un poco aterrador.

En lo que sí difiere Dallas, y en general la gente gringa de los regios es en la costumbre de ser platicadores y amables hasta en el intercambio verbal más cotidiano. Incluso cuando te tratan mal son buena onda. Es una característica de los gringos que puedes escuchar sus conversaciones desde lejos, y que te desean un buen día básicamente como parte esencial de la plática. Eso, por más automático que pueda ser, es chido.



Now Beck. Ser un fan de Beck en México puede ser un poco solitario. No es una estrella ni siquiera en los niveles de Radiohead. No es lo suficientemente comercial para ser popular masivamente, ni es tan flashy como para ser trendy o considerársele avant garde y atraer al crowd de Björk, por poner un ejemplo...Su accesibilidad disfraza lo idiosincrático de su trip. De todos modos, conmigo ha conectado profundamente. Supongo que no puedo resistir a un artista que mezcla géneros y estilos constantemente, pero es más aún difícil para mí, resistir a uno que en sus letras va de lo gracioso y surreal a lo oscuro, y específicamente en Güero, su último disco, más que ir de un extremo a otro, los unifica.

La realidad de las cosas es que no pude conseguir una persona que tuviera el tiempo, el dinero y la disposición para ir conmigo al concierto y me lancé yo solo. Y es raro definitivamente ir a ver a Beck en un teatro donde al menos el 50% de los asistentes son hardcore fans. Es como ser la abejita del video de Blind Melon (No Rain) y llegar al jardín donde están todas las otras abejitas.

El concierto fue lo que esperaba. No llegó a los niveles megaorgásmicos de aquel de Radiohead en Houston, pero definitivamente hay pocos artistas como Beck, que puedan armar un toquin de popurris de siete minutos con rolas que abarcan más de una década de carrera y mantener al público bailando y aplaudiendo en todas. Casi se sentía como si estuviera presumiendo: “So yeah, I have tons of great songs”. Y pocos también, que a medio concierto agarren una guitarra acústica y se pongan a tocar rolitas suaves por tanto tiempo que el resto de la banda se siente en una mesa a comerse un sándwich, solo para que unos minutos más tarde, le acompañen en “Golden Age” usando los cubiertos y platos como percusiones. Finalmente, debo mencionar, probablemente era de esperarse de Beck que un momento del concierto deje en su lugar a un grupo de marionetas tocando “Loser”. Mi momento favorito: “Tropicalia”.

Fue al terminar el concierto y pedir un ride que conocí el lado más siglo XXI de Dallas, en la zona gay fresa del downtown. Yo he estado en zonas gay, pero nunca había sentido tanto poder económico de una minoría en una sola calle repleta de antros, bares, restaurantes y hombres gay. Todos con la ropa más cool y el aspecto más limpio y trendy. Cero gordos. Primer mundo.

Tristemente mi estancia en Dallas no me dio para más y tuve que regresar al otro lado del espejo, mientras en el avión escuchaba a los mexicanos platicar acerca de lo chido que era que hubiéramos pasado de panzaso a octavos de final. Viva México.

Tuesday, June 20, 2006

QUOTE

"El problema con el mundo es que los tontos y los fanáticos están siempre tan seguros de sí mismos, mientras personas más sabias están llenas de duda." -- Bertrand Russell

Monday, June 19, 2006

PREMIO

Algunas noticias te dan un poco de felicidad, como ayer que leí en gente que Edgar Vivar iba a entrar al elenco de la nueva película de Guillermo del Toro (Cronos, Hellboy, El Espinazo del Diablo), llamada "Orfanato". Es chido porque Vivar es un muy buen actor, tan bueno en sus distintos papeles con Chespirito que fuera del teatro, no se le ha permitido demostrar ningún tipo de rango o ángulo distinto. Además, es inspirador ver a un actor con tablas, experimentado y reconocido, recibir la oportunidad de trabajar en cine "artístico" como, en sus palabras: "Un regalo de la vida". Simplemente es cool.

LIGA

El gran crítico Roger Ebert analiza THE SHINING, de Stanley Kubrick:


http://rogerebert.suntimes.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20060618/REVIEWS08/606180302

Saturday, June 17, 2006

EL LARGAMENTE ESPERADO TOP 2005

Esto fue muy difícil. Hace muchos años que no se juntaban tantas películas tan chidas en un solo lapso de doce meses. La numeración es casi forzosa, pues todas estas movies junto con las restantes que no llegaron a las primeras quince me parecen igualmente recomendables, es sólo que elegí las que personalmente disfruté más.

1) GRIZZLY MAN
Director: Werner Herzog

Por transformar una tragedia amarillista en una reflexión sobre la condición humana.

2) ME AND YOU AND EVERYONE WE KNOW
Directora: Miranda July

Una película sobre el siglo XXI con el tono benévolo y aceptante que la hace casi mágica.

3) UNA HISTORIA VIOLENTA (A HISTORY OF VIOLENCE)
Director: David Cronenberg

La violencia como virus que nace en la familia, con cada vista se vuelve más perturbadora.

4) 5 DÍAS PARA VENGARSE (OLD BOY)
Director: Chan Wook Park

Adrenalínica y ultra moderna película de acción japonesa, ideal para nuestros tiempos.

5) MUNICH
Director: Steven Spielberg

A veces, la postura más valiente es la impostura, el negarse a estar completamente de un lado del conflicto. Y Munich, además, se ve y se siente como thriller de espionaje de los 70's.

6) LA PROVOCACIÓN (MATCH POINT)
Director: Woody Allen

El mejor Woody Allen es el Woody cínico, y rara vez fue más cínico como en Match Point.

7) THE NEW WORLD
Director: Terrence Malick

Tal vez demasiado filosófica, pero qué bella es, más que una película, es como un viaje que recrea la sensación de un choque cultural cuando ambas culturas apenas se están conociendo.

8) FLORES ROTAS (BROKEN FLOWERS)
Director: Jim Jarmusch

Qué buen trip es ver una movie tan despegada de los convencionalismos, tan diferente y genuina.

9) SYRIANA
Director: Stephen Gaghan

Todos los thrillers deberían de ser así de sofisticados y entretenidos al mismo tiempo.

10) ORGULLO Y PREJUICIO (PRIDE & PREJUDICE)
Director: Joe Wright

Sí, Kiera Knightley tiene cara de ángel, pero ese es solo un plus en esta adaptación de Jane Austen, especialmente por la fotografía, con esos dollys largos y esas conversaciones casuales que hacen parecer, como leí por ahí, que Kubrick y Robert Altman se juntaron para hacer una película de época.

11) LOS TRES ENTIERROS DE MELQUÍADES ESTRADA
Director: Tommy Lee Jones

Qqué placer es ver a Tommy Lee Jones actuando de nuevo. Y en una película que pasa de ser el retrato de la frontera a una parábola surrealista, un western postmoderno.

12) SIN CITY (LA CIUDAD DEL PECADO)
Director: Robert Rodríguez

Qué viajesote. El mejor comic pasado al cine. Punto.

13) SOLDADO ANÓNIMO (JARHEAD)
Director: Sam Mendes

Una película de guerra donde no hay guerra. Como esperando a godot en el desierto.

14) CAPOTE
Director: Bennet Miller

Es un milagro que películas tan intelectuales, sutíles y respetuosas de la inteligencia del público se hagan. Y que existan actores como Phillip Seymour Hoffman.

15) EL CADAVER DE LA NOVIA (CORPSE BRIDE)
Director: Tim Burton

Final débil, pero demasiado divertida como para desairarla por eso.


THE REST

DARWIN’S NIGHTMARE Director: Hubert Sauper
EL JARDINERO FIEL (THE CONSTANT GARDENER) Director: Fernando Meirelles
BOB DYLAN: NO DIRECTION HOME Director: Martin Scorsese
LAST DAYS Director: Gus Van Sant
HARRY POTTER Y EL CALIZ DE FUEGO (HARRY POTTER & THE GOBLET OF FIRE)
Director: Mike Newell
JUNEBUG Director: Angus MacLachlan
SECRETO EN LA MONTAÑA (BROKEBACK MOUNTAIN) Director: Ang Lee
KEANE Director: Lodge Kerrigan
BUENAS NOCHES, BUENA SUERTE (GOOD NIGHT, AND GOOD LUCK)
Director: George Clooney
CHARLIE AND THE CHOCOLATE FACTORY (CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES)
Director: Tim Burton
KUNG FU HUSTLE (KUNF-FUSIÓN) Director: Stephen Chow
EL LUCHADOR (CINDERELLA MAN) Director: Ron Howard
EL INCREÍBLE CASTILLO VAGABUNDO (HOWL’S MOVING CASTLE) Director: Hayao Miyazaki
WALLACE & GROMIT: LA BATALLA DE LOS VEGETALES (WALLACE & GROMIT: THE CURSE OF THE WERE-RABBIT) Director: Nick Park


PERSPECTIVA


Estaba viendo Y TU MAMÁ TAMBIÉN hace un par de días y no pude dejar de admirarla actuación de Gael García, especialmente después de haber visto DIARIOS DE MOTOCICLETA hace dos semanas. En el 2001, cuando salió Y TU MAMÁ, todavía no habíamos llegado a apreciar el rango actoral que tiene Gael. No habíamos visto LA MALA EDUCACIÓN, ni EL PADRE AMARO, y la neta es que su actuación en la movie de Cuarón fue tomada por muchos como una interpretación de sí mismo en ese momento en particular, pero ahora, viéndola en perspectiva, debo decir que es realmente un trabajo chingón el que hace. Un personaje completo. La realidad es que Gael García llegó a este país en cierto modo a poner el ejemplo. El standard subió por cosas tan simples como buscar un acento, una voz, un look distinto para cada personaje, cosas que los actores aquí, en su mayoría, casi siempre pasaban por alto. Y este wey llega y lo hace como parte fundamental de su trabajo actoral, por lo que los demás tienen que ponerse en ese nivel de compromiso.

Por otro lado, Y TU MAMÁ TAMBIÉN envejece con gracias. Cada vez que la veo me parece mejor película de lo que me parecía antes. Qué lástima cuando se estrenó en México y los críticos de aquí la compararon con Porky's...¿Cómo confiar en ellos desde ese momento?

POWER

La regla de los forwards es que cuando recibes uno que viene en Power Point, seguramente es algo estéticamente feo, ideológicamente conservador o apegado a la derecha religiosa, o algún trip referente al pensamiento new age y sus filosofías simplistas ochenteras como: "en el acelerado mundo de hoy, nadie se da tiempo de escuchar a los pájaros cantar". La verdad, estas cosas me dan asco.

Los powerpoints pesan un chingo, son complicados de bajar y podrían ser utilizados para cosas más útiles que esparcir mensajes idióticos. Es triste ver que la gente utilice la tecnología de una forma tan poco inspirada, y además, evidenciando su ignorancia. Ayer me llegó uno con una historia en la que un monje inglés de no sé qué siglo pasado, le compra unos pajaritos a un niño malévolo en 20 dólares. Sí, 20 dólares. Un monje en Inglaterra.

Y ahora me doy cuenta, que los powerpoints son el equivalente a los libros de "Un Regalo Excepcional" y de "Sabidurías de la vida diaria" que hay en Sanborns y ese tipo de lugares. Así que seguimos en lo mismo, avanzando sin avanzar.

Thursday, June 15, 2006

SUMMERTIME

Las últimas semanas han estado tan grises en cuanto a cine que ni siquiera he querido ir. Pasaron tres semanas después de ver Misión Imposible 3 (entretenida pero finalmente, debemos de aceptar, totalmente equis y predecible juguetito sin nada minimamente original en el paquete), para que me decidiera a meterme a una sala de nuevo, solo para ver más churros. Poseidón es frustrante porque ves millones de dólares desperdiciados en las formas más aburridas, y a un elenco de actores respetables pensando en su cheque la mayor parte del tiempo. Se hace aún más deprimente cuando sabes que es uno de los fracasos taquilleros más densos de los últimos años, con un presupuesto de 150 millones y una recuperación de algo así como 60 internacionalmente, a estas alturas... Y quisiera decir que esto se debe a la eminente sofisticación de la audiencia, pero no creo que ese sea el caso. Probablemente se deba a una mala campaña de medios o a la falta de una estrella lo suficientemente atractiva que le diera credibilidad a lo que parecía una idea mediocre desde el principio.


Ayer, La Profecía me desesperó con su cero suspenso y sus sustos tramposos que nunca derivan de mantener tensión o de algo que tenga que ver con la historia. Además, se volvió chistosa como a la mitad con el morrito y su mirada "asesina" que me recordaba a la cara que hace Ben Stiller en Zoolander.

Tal vez lo más lastimoso es ver a Mia Farrow haciendo el ridículo como la Mary Poppins del infierno, en una película llena de actores respetables, todos denigrándose para pagar algún yate o alguna prostituta de 3, 000 dóalres.

El highlight de la noche fue el spot contra la piratería. Lo dije cuando esa campaña empezó y lo digo ahora: qué pendejada más grande querer convencer a la gente de no comprar películas pirata haciéndonos sentir mal por el ejemplo que le damos a nuestros hijos. Jajaja, neta, neta, qué mamadas...

Me dio gusto la manera en que ayer, en el momento del spot en que todos se ponen muy lagrimosos porque están dándole mal ejemplo a la infancia, la entera audiencia del cine se desató en una sonora carcajada de cinismo puro. Son los momentos por los que vale la pena la experiencia comunal del cine. Como dicen, pendejadas vemos pendejadas hacemos. Las películas pirata son un éxito porque cuestan veinte pesos, diez pesos, contra las ridículas cantidades que las compañías quieren cobrar. ¿200 pesos? Ja.

Monday, June 12, 2006

Y PARA NAVIDAD...

He llegado a la conclusión de que cualquier wey (hombre, tipo, vato) que conozca y me diga en alguna plática casual que es fan de Michael Mann, automáticamente es también, una persona cool. Pero si algún día llega a suceder que conozca a una mujer que me diga eso, that bitch's gonna be my friend forever...El cine de Michael Mann se adapta más fácilmente a las sensibilidades masculinas, pero eso no quiere decir que no sea uno de los mejores cineastas americanos trabajando hoy en día. Ha logrado mantener la integridad artística trabajando dentro de los confines del cine comercial con sus propias reglas, los mejores actores y una atmósfera que no se puede confundir con la de nadie más.

Ahora Taschen, quienes se especializan en sacar libros bien chidos que generalmente no puedo comprar, le dedica un librote lleno de fotos y análisis de HEAT, Alí, The Insider, The Last of the Mohicans, Collateral, etc...esperemos que así algunos snobs comiencen a apreciarlo un poco más.

CANNIBALISM IS HIP

(based on a true story*)
Good morning Jakob. You’ve got 245 replies to your message with the subject: Looking in Berlin.
For reading your replies, click here. The original message said:

Hello, my name is Jakob. I’m 37 and I’m into cannibalism and other alternative sexual activities. I’m looking for a male, approximately my age, who digs this stuff. If you are this person you should know that I’d like to use you sexually, tie you up, and eat you alive. I would love to cut your penis and maybe we could eat it together. After that I will eat you all. If you’re interested you can reply me here. Hope to hear from you soon.

Love, Jakob

THE DARKEST GLOWING: In Defense of The Aviator

Martin Scorsese has been having a hard time from critics for the last decade or so. Sure, they’re often kind to his films, but seem unable to recognize the true quality of his work post-Good Fellas. It seems as if every review from a Martin Scorsese movie after that urban masterpiece contains at some point the words: “not Scorsese’s best”. In other words, not as good as Taxi Driver, Raging Bull, Last Temptaion of Christ and Good Fellas. After the Gangs of New York oscar debacle of 2003, audiences seem to be on that same attitude. A little surfin through the Internet Movie Database can give you a hint of the perception some members of the moviegoing public have on the “new” Scorsese. “A sell-out”, “a has been”, “a gun for hire”, “an oscar baiter”, and so on. Others complain of his recently formed actor-director collaboration with Leonardo diCaprio. Some people in this world will probably never accept the fact that diCaprio is actually an actor. The critics, on the other side, seem to be nostalgic of the old “microfilmmaker who told small stories about complex and off beat individuals, now changed into a macrofilmmaker concerned with the workings of big societies and environments” (i read this quote from somewhere on the internet but franky don’t remember where). Undenniably, his work has become BIG. Every movie he’s made since Good Fellas (and including it, maybe with the exception of Cape Fear) pays as much attention to the main characters as to the environment in which these characters live. Even Kundun, a mostly spiritual journey through the eyes of the Dalai-Lama, has “external” aspects that call attention to themselves. This may be the cause critics are not “getting it”. The movies are so big, audiences and critics tend to associate the glamorous aspects of them with a lack of substance. But for Scorsese, without substance there’s no movie, and it’s shocking to see how many critics fail to notice the amount of organic data that flows through his big movies concerning the characters psyche and internal life. At first glance, The Aviator is nothing but Scorsese’s take on the “big old hollywood movie”, a not too personal project that wasn’t developed by him and which came to his interest only after Michael Mann and Leonardo diCaprio offered it to him. Before reading John Logan’s screenplay for the film, he didn’t even knew, or was too interested in knowing much about Howard Hughes, but something about THIS character, in THIS screenplay, surely got his attention. Critics and audiences are still talking about how they miss the Martin Scorsese from Taxi Driver and Raging Bull, but after looking at The Aviator closer and closer, those three movies are really not that different. In fact, The Aviator has a political undertone that those other two didn’t even have, so it may be a richer picture in matters of content and ground covered.
The first time I saw The Aviator, I loved it for what it was in the photogram. The flawless performances, the colorful cinematography, the glowing production design and costumes. I mean the whole package. It seemed like a well done character study, made in big proportions, but I remember asking my girlfriend on the way out: “what was this movie about?” The easy answer is Howard Hughes, and that’s not the answer I was looking for. To know about Howard Hughes’s life, you can read a book or an article. I mean if the movie was just about Howard Hughes, it was very well done and all, but to truly be great, a movie has to be about something. It has to talk about something else. Otherwise, either the film is just an excuse to talk about Howard Hughes or Howard Hughes is just an excuse to make a big movie with a lot of top notch talent involved. Even a mediocre film like A Beautiful Mind IS about something else than the main character (it’s about love, you know...) so the notion that Martin Scorsese had made a film about just Howard Hughes seemed to be unlikely, specially considering how difficult it would be for one movie to cover every aspect of Hughes’s life. However, that didn’t stopped the critics from calling The Aviator a great film, “if slightly superficial”, or even worse, “shallow”. I went to see it again if only to enjoy the cinematic quality of it, and I liked it even more, I went back a third, and then a fourth time, and each new viewing enriched and enlightened my judgement of the film.

Like Taxi Driver, Raging Bull, and even King of Comedy, The Aviator is mostly a completely subjective experience, told from the point of view of the main character even in the way the camera moves, the colors used, the words spoken. We see this world, the Hollywood world, the aviaton world, through the eyes of the Howard Hughes portrayed in this film. Everyone can tell you what fact of Hughes’s life is absent from this movie, how many inacuracies are on Hepburn’s portrayal, that this never happened, or that this happened before that other thing. Scorsese and Logan know better than this, and understand that the best way to approach a biopic like this one is to be faithful to the essence of the character. Paul Schrader said that is easiest to make a biopic when the character is relatively unknown (like Jacke LaMotta), cause it frees the filmmakers to concentrate on getting to the core of the character instead of the chronological order of events or stuff like that. In The Aviator, the events in Hughes’s life serves as pieces to illustrate the character’s personality, and the movie itself, in the way it is made, shows that same personality too.
The Aviator is a film like Howard Hughes would have made it. He would have cast the biggest stars, used the best technicians, and would have been grandiose, long, and glowing. It would have been clean. Scorsese and cinematographer Robert Richardson take this to every level they can think of. A lot of the scenes begin with the character (Hughes, Juan Trippe, a plane even) in the exact center of the screen. This is sometimes a homage to Citizen Kane, but it’s also a visual expression of the main character’s obsession with perfection. Scorsese has done this type of shot before (I remember one in Casino), but here he does it all the time. It becomes one of the characteristics of the picture. It is also a fast movie which seems to never get enough of anything. It feels, literaly, as if you’re flying and looking at everything from the sky. It tries to cover all sorts of aspects of the “big old Hollywood” movie. It has romance, a flawed hero, a couple of sort of villains, and a battle between the main character and those villains. There’s also an intended slapstick 30’s comedy quality to the early scenes between Hepburn and Hughes. It’s like if Scorsese were reminding you all through the film that you’re watching a MOVIE. He does that too, by changing the cinematography depending on the year the story is supposedly taking place. All these things make the movie feel old and new at the same time, in a weird, almost subversive way.

Since Hughes lived in an idealized world, that is exactly what we see on the screen. It’s not a film about the dark side of Hollywood, but about the glamour. However, the darker aspects of Hughes are necessary to the film, because that’s actually what gives the film it’s deeper meaning. Howard Hughes is almost like a God. Or at least that’s the way he’s portrayed on this particular film. Not a hero, but a near God. He’s a super human in the sense he’s not bounded by money, so he’s free to do whatever he feels like and accomplish anything that comes to his mind by just asking the right people. He wants to make movies, and makes, them. He wants to build planes, and builds them. He wants women, and he gets them by dozens. The word “impossible” means nothing to him. This is good and bad. One of the great things about Scorsese’s movies is that he never forces anything on you. He doesn’t even try to make the characters sympathetic. When a journalist asked him why should the audience care for a nasty and almost heartless individual like Jacke LaMotta, Scorsese’s answer was: “cause he’s human”. Coming from this place, is no surprise that the Howard Hughes of The Aviator is both likeable and unlikeable. He can do anything and does it, and it’s not always pretty. We see him build his planes and make his movies, and also brive senators, fire people for no reason and threat a journalist to publicly call him a communist when he refuses to kill the Hepburn-Tracy story on his magazzine. Under this cover, there’s an indictment on capitalism and the american dream. This is the kind of character that is only possible in America. A guy with no economic boundaries, and therefore, pretty much no boundaries at all.
This is a guy who will not stop. In every scene he’s doing two or three things at the same time. Hitting on a girl, talking on the phone about planes, checking some blueprints, confronting the censors of movies, editing a movie, desiging some bra. Hughes is shown as a brilliant man who’s obsession with perfection is a double-edged sword. This is brilliant touch, cause the character’s obsesive compulsive disorder is not tackled as an independent facet of his “normal” personality, but as a consequence of it. He’s so obssesive with everything that it ultimately becomes his downfall. That “i will never stop attitude” finnally translates into dementia. And at the same time, that “i will never stop attitude” is shown as a characteristic of a typically capitalist mentality. On the surface, all the battles he fights during the movie (the censors, the women, Pan Am, the Senate, the planes, the money) are about “the thing”, but they’re actually about himself. He’s the one who’s never satisfied and never will be. On Scorsese’s terms, this is greed. He’s dealt with greed and how it means people downfall before, specially in Casino.

The final scenes are specially haunting. Everything seems to be right in the world and then, suddenly, in the middle of a sentence about jet technology, Hughes gets stucked on the line “the way of the future”, and can’t seem to stop. They lock him in a bathroom (a dirty bathroom) and he starts to repeat this line over and over until a flashback to his childhood appears behind him, with his mother giving him a bath (something that both Hepburn and Gardner do to him at some point of the film), and he says: “When I grow up, I’ll build the biggest airplanes and be the richest man in the whole world”, or something along those lines. This puts everything else into perspective, since Hughes achievements are reduced to nothing but childish fantasies. It’s like if the fact he who could actually do whatever he ever wanted damaged him to the point of turning him into an unstoppable big child ruled by his wantings and unable to restraint. And then, his face alone, looking at the mirror, repeats again the line “the way of the future”. This is a fantastic ending from every perspective, cause it has so much layers to be read upon. It’s Hughes realizing what’s ahead of him, realizing that it will never be enough, that he’s been going since childhood to that dreadful point. Also, in Scorsese’s words: “It means the future of our country, of the world even”. A world in which everything is not going to be enough, in which there will be no stopping, and greed rules over everything else.
And what is our relationship to Hughes? This could be answered with other questions. What would have been of us if we found ourselves on his privileged position? Would we have enough? Are those two forces (the reckless ambition to achieve something and the boundaries, internal and external, that we have) fighting within each one of us? The Aviator is a film that makes you look inside yourself, and it’s nothing but a triumph for Scorsese. It’s a triumph of both style and substance, in which both merge organically and serve the story. It’s a triumph of acting excellence: DiCaprio, let me tell you, it’s a revelation. This is an extremely detailed and thought out performance. You see hints of Hughes’s ticks very early on in the picture, when he’s far from sick. Cate Blanchett has been accused of portraying a caricature, but I have to disagree. I haven’t seen much of the real Hepburn, but the Hepburn on this film seemed like real human being to me, on her last scenes, specially. Alan Alda shines as Brewster. Any other actor would have played this character on the typical antagonist, serious way. And Alda comes and brings a sort of comic energy to it that elevates those scenes wonderfully on the entertainment level alone. Everyone in the cast is pretty much perfect, in my opinion.

It is kind of a personal project for Scorsese after all, cause there are some similiarities between him and the character. He’s also a perfectionist, he’s kind of tireless, he feels like an outsider on the Hollywood system, and in the end, has been fighting with his own economic boundaries to make his dreams come true. Scorsese, along with his collaborators, makes this huge movie a lonely and intimate experience for the main character, not unlike Travis Bickle and Jacke LaMotta. Check out the way they’re able to comunicate without one word spoken the anguish of Hughes when he’s washing his hands and can’t get out of the bathroom until someone else gets in. Every scene helps to illustrate the character’s portrait. You feel his discomfort at the dinner with Errol Flyn, and his suffering at the Hepburn’s mansion, and understand that giving a sip of milk for him is a romantic gesture. You sense Hughes only truly happy when he’s flying, and those breathtaking aerial sequences are there only to serve that porpouse in the end.

That the film runs three hours and feels actually like two, that achieves perfection in pretty much every aspect of it’s making, that even a new endeavour (for Scorsese) as a complicated action special effects sequence comes out so seemingly effortlessy good, and that it actually opens a window into the main character’s escence, while talking about the human condition and the american dream, it’s for me, a monumental achievement. That’s why I picked it over other great films I’ve seen this year as Eternal Sunshine and Collateral. The Aviator really has nothing to ask for the “old” Scorsese movies, and I would say that, because of it’s budget and presentation, it’s even more subversive, passing as entertainment for the masses and at moments, as a celebration of Howard Hughes, while delivering such a charge of powerful messages. It’s the darkest glowing Hollywood movie I’ve probably ever seen.

GRIZZLY MAN




¿Cómo empiezo a escribir sobre una película que me afectó tan profundamente que en varios días, simplemente, no he podido dejar de pensar en ella? ¿Cómo comienzo a hablar de una experiencia que me hizo ver adentro de mi alma de formas que solo las grandes películas y las verdaderamente grandes obras de arte llegan a hacerlo?

El cine (y la música) es usualmente el arte relegado a los confines del entretenimiento masivo, como si se tratara de una actividad estúpida con la cual uno pasa el tiempo para no hacer cosas más interesantes o provechosas. Y con la mayoría de las películas, ese es el caso. Pero de vez en cuando una obra llega, y simplemente embona contigo, con tus sentimientos, tus preguntas, y tus reflexiones acerca de las cuestiones más básicas que tenemos como seres humanos: nuestro lugar en el mundo, en la naturaleza, nuestro instinto, las cualidades inherentes que nos hacen ser humanos y no algo más, o algo menos. El cine me ha dado esas experiencias trascendentales ocasionalmente, con sus realidades alteradas y sus metáforas y visiones sobre el interior y el exterior del ser humano. Algunas películas rebasan su condición de entretenimiento y realmente se convierten en un espejo, y en toda su belleza, banalidad, profundidad y horror me he visto reflejado, muchas veces (las mejores) me he quedado al final de una película con más preguntas que respuestas.

Después de ver GRIZZLY MAN (Werner Herzog, 2005), me di cuenta que la esperé con ansias y la renté y la vi por las razones equivocadas y terminé completamente rockeado por ella por las razones correctas. GRIZZLY MAN es un documental realizado con material grabado por Timothy Treadwell, un ex actor americano que pasó 13 veranos de su vida viviendo en una zona remota de la península de Alaska convencido de que tenía un don divino que le permitía comunicarse y darse a entender con los osos grizzly y los animales salvajes de la zona. Hizo esto todo ese tiempo sin portar armas y mayormente en la completa soledad, hasta un buen día en el 2003 en que uno de esos osos decidió que tenía hambre y se lo comió a él y a su novia, quien lo acompañaba en el viaje. Durante los últimos años previos a su muerte, llevó consigo una cámara de video, de cuyas grabaciones se compone mayormente esta película.

La cinta es dirigida por Werner Herzog, uno de los cineastas más interesantes de los últimos 25 años. Nacido en Alemania, Herzog se robó la cámara de su escuela de cine y con ella hizo sus primeras tres películas, algunas de ellas con el actor Klaus Kinski, a quien conocidos han definido como “una fuerza de la naturaleza”. Herzog ha usado el cine, y sus películas de ficción para hablar de su tema favorito: hombres que desafían a la naturaleza porque se sienten por encima de sus leyes. Él mismo, de hecho, parece ser uno de esos hombres. Ha filmado en la selva amazónica y en los andes peruanos en condiciones extremas en las que sus actores y su equipo han estado en verdadero peligro de muerte. La ironía que cubre sus películas es que los personajes centrales, empecinados en vencer a la naturaleza, en ser más poderosos que ella y en conquistarla, nunca parecen notar la indiferencia de la misma hacia ellos, que continúa su curso sin inmutarse, sin jamás saber o tener conciencia de la locura a su alrededor.

Cuando supe que Werner Herzog iba a estrenar un documental sobre Timothy Treadwell, honestamente, no podía esperar a verlo. Saboreaba más los momentos irónicos en los que Treadwell iba a ser ridiculizado por sus extrañas posturas mientras Herzog lo exponía. Había visto algunas de las grabaciones de Treadwell, y sabía lo que me esperaba.

Timothy Treadwell se lanzó a Alaska y comenzó a vivir más cerca de los osos Grizzly, hasta donde sabemos, que cualquier otro ser humano en la historia de este planeta. Sus grabaciones, como Herzog hace notar en su narración, contienen imágenes de extraordinaria belleza y única cercanía. Imágenes que los documentalistas que se acatan a las leyes nunca podrían lograr, como de un zorro salvaje persiguiendo a Treadwell en la maleza.

Fue ahí convencido de que su presencia en esa zona era necesaria para la supervivencia de los osos, y de que iba a hacer todo lo posible por ayudarlos aunque le costara la vida. Fundó la asociación Grizzly People y a través de sus grabaciones se convirtió en una especie de celebridad que aparecía en shows matutinos e iba a las escuelas a educar a los niños sobre los osos. Con su cámara, intentaba mostrar a los osos en su habitat natural.

Pero en sus grabaciones yace una historia más interesante aún. Treadwell, al pasar tanto tiempo solo en el bosque, comienza a grabar su propia película, con él como el personaje central, y utiliza la cámara como un confesionario, donde sale a flote una personalidad desbalanceada, que progresivamente deja de sentirse parte del mundo humano y decide que prefiere vivir como un oso.

Herzog investiga y poco a poco comenzamos a entender cada vez más, y menos, las razones que llevan a Treadwell a semejante lugar y en semejantes circunstancias. De nadador estrella a alcohólico, y de actor fracasado a defensor de los animales, sus videos parecen rebelar que todas sus aventuras, riesgos, peleas y misiones divinas tienen más que ver con sus propios demonios que con los osos, quienes a veces lo observan con curiosidad cuando se acerca tanto a ellos que uno se pregunta por qué no se lo comieron antes.

Timothy Treadwell se ve a sí mismo como un ser especial. Un humano que ha logrado encontrar la manera de sobrevivir sin armas en medio de los animales más peligrosos del planeta. Cree que está ahí para protegerlos, y a medida que pasa el tiempo se convence más y más de que él, y sólo él puede protegerlos propiamente. Y de alguna manera, comienza a convencerse de algo que a mi siempre me ha parecido extraño y difícil de digerir: la idea de que los humanos somos horribles y la naturaleza es este hermoso mundo equilibrado donde todo es bueno y nada malo pasa. He conocido mucha gente que me ha dicho cosas así. Alguien una vez me dijo que los animales son mucho más inteligentes que el hombre, que tienen una inteligencia innata que los hace respetar ciclos naturales y no afectar la forma en que el mundo se desarrolla. Y aunque en una forma tiene sentido, en otra, simplemente, suena como fantasía ecologista sin fundamento. Treadwell habla y habla en sus grabaciones, acaricia a los animales como si fueran sus mascotas, les dice que los ama como si se lo dijera sus hijos, despotrica contra el gobierno por no hacer el trabajo suficiente para protegerlos; pero cuando se topa con un cachorro de oso asesinado por otro oso mayor, no tiene nada qué decir: “simplemente no lo entiendo”. Al enfrentarse con la dura realidad de la naturaleza, su visión sentimental no encuentra palabras y prefiere el silencio.

En ese sentido Herzog es un maestro al contraponerse a Treadwell como el narrador del documental, y expresar sus puntos de vista: “para mí”; dice Herzog, “la esencia de la naturaleza es el caos, el horror y la muerte”.

Treadwell es tan extravagante, con su corte de pelo principe valiente, su amaneramiento casi femenino y su obsesión consigo mismo como salvador de los osos, que es presa fácil de la burla. Es fácil decir: “este hombre está loco”. Uno lo ve a un metro de un oso de tres metros de altura, y decirle “te amo” cuando este le gruñe, que lo más simple es descartarlo como un demente. Pero hay algo casi mágico en su necedad, y una de las cosas más chidas de la película radica en el reconocimiento de esa tenacidad como suficiente razón como para darle el beneficio de la duda. Herzog no ve en los osos más lo que el llama “la abrumadora indiferencia de la naturaleza, y un interés medio aburrido en la comida”, pero Treadwell ve la salvación, sus sueños, sus esperanzas.

En un momento en la película, después de semanas de sequía, los osos comienzan a comerse unos a otros, y Treadwell, desesperado, se graba a sí mismo pidiéndole a Dios que llueva, aunque admite no ser una persona religiosa. Y fue ahí donde me di cuenta que si Treadwell es un loco, entonces todos somos locos. Porque, ¿quién no ha hecho eso en un momento de desesperación? Todos los humanos vivimos encerrados en nuestras capsulitas, en nuestros mundos. Todos reducimos la complejidad de la vida a problemas simples y solucionables. Todos, en el momento de la verdad, aunque no creamos en nada, esperamos que las cosas salgan como queremos, y que lo que nos importa se realice. Algunos rezan por sus familiares, otros por sus trabajos, otros por lana que necesitan, otros por que no haya guerra en su ciudad. Treadwell, un ejemplo extremo de un ser humano que no quiere serlo, no puede evitar tener la reacción más humana, de pedir a fuerzas desconocidas que lo ayuden en su causa.

Al final, no sé que pensar de Timothy Treadwell ni de su historia. El documental abarca tantas cuestiones y cubre tanto suelo que lo más que he podido hacer en días es seguir pensando sin concluir realmente nada. Es trágico lo que le sucedió, porque obviamente era un ser humano incapaz de conectar con los otros seres humanos. ¿Pero quién sí lo es?

La película es magistral en su ilustración de un hombre en una situación extrema. En ese y en muchos otros sentidos, es la cinta más fascinante que he visto este año.

Friday, June 09, 2006

NO COMMENT

OPEN MEXICO

(This is old, fue publicado por mí en otro blog back in 2005)

Me voy unos días de la civilización y al regresar me encuentro con un México diferente, en el que a la medianoche en el canal 22 se puede ver un infomercial para una línea telefónica gay que me atrevo a llamar una pequeña gema del humor postmoderno.

Ahora los gays también pueden tener sexo por teléfono, y me imagino que todos están celebrando que poco a poco son cada vez más parte de los demográficos mercadológicos. Sí, que chido, que chido ser un nicho de mercado, cuanta aceptación, que belleza.

En un salón que en medio de lo kitsch de su escenografía se extrañan las columnas grecorromanas, una bola de hombres semi afeminados representan las que me imagino, los focus groups indican, son las fantasías y las preocupaciones más representativas de la mayoría de los homosexuales (tanto los de closet como los liberados) del país. "Háblame, podemos hablar de lo que tú quieras", dice un tipo delgado con aspecto ravero, camiseta blanca de tirantes y pantalones camoflajeados. Otro, el "gay de gimnasio", habla de como a veces sus amigos gays no le agarran la onda y siente la necesidad de hablar con gente extraña. Y el más chistoso de todos, el "gay machín", con sombrero y jeans ajustados, nos invita a hablarle y atrevernos a decirle lo que queramos, porque a él le gusta la gente que "lo arriesga todo". Hay una cintilla con la forma de un arcoiris que indica el número en el que seguramente muchos van a perder una buena parte de su salario.

A mi no me molesta pero me hace sentir un sentimiento raro de...hueva. Si la homosexualidad ya se puede discutir de una forma tan banal, aburrida y poco sexy en la televisión abierta, ya no quedan muchas fronteras para que algo sexual sea considerado subversivo. No que tenga que ser así, pero voy a extrañar el tabú. Y es triste que el indicador de cierta mentalidad open mind sea la manera en que determinado grupo se convierte en un objetivo publicitario, que en la tradición de el marketing, le habla a su público meta como si fuera su amigo, cuando finalmente todo se trata de dinero.

Si yo fuera openly gay, me molestaría un poco que se asuma que con ciertos argumentos, ciertas palabras, colores, y discursos, me puedan convencer de comprar cualquier cosa, en base a datos asumidos por medio de encuestas. Creo que es una forma más de autosegregarse...pero bueno, lo divertido es poder ver el infomercial.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA

(Esto lo publiqué en otro blog en enero 13 del 2005)

Voy manejando por el terrible, ya insufrible tráfico de Gonzalitos. Se avanza a vuelta de rueda, a veces ni eso. Todo este malviaje es causado, además de por el exceso de automóviles, por la mala administración de los recursos de la ciudad, por la irresponsabilidad de los que se supon están a cargo de este desmadre, pienso. En un puenta peatonal, unos post adolescentes vestidos de mimo, sostienen pancartas para que los automovilistas las vean. Una dice: "REDUCCIÓN DEL 5% AL SUELDO DE LOS DIPUTADOS". La otra, esperanzada, se lee: "SI ESTAS DE ACUERDO TOCA EL CLAXON". Noto inmediatamente que nadie está tocando el claxon, y mi entusiasmo inicial por hacerlo se desvanece. De todos modos, el rebelde que llevo dentro alcanza a presionar rapidamente sobre el volante y sale el sonido, timido, de mi claxon. Me da pena, soy el único que lo hace. Volteo a los lados, checo si nadie me vio, si nadie supo que había sido yo el revolucionario empedernido, y sigo mi camino. Nadie más pita, ni hace ruido.

LAST DAYS



Los medios masivos, el cine incluído, no han podido resisitir la tentación de hacer de los rockeros figuras heróicas, representantes de una sensibilidad extraordinaria, rebeldes elocuentes con existencias épicas incluso en medio de momentos en los que sus demonios personales y sus adicciones al alcohól y las drogas basicamente les han quitado la capacidad de vivir como seres razonables. The Doors, de Oliver Stone, presenta a Jim Morrison como un total shaman que incluso en sus épocas más duras mantenía una especie de conexión no verbal entre sus ideas y sus actos. Es un Jim Morrison glamourizado, la idea de un rock star siempre contra el sistema, manteniéndose lúcido hasta le final de su corta y dolorosa vida. La verdad de las cosas es que un drogadicto, por más brillante que sea, pasa sus últimos días en una agonía de murmullos. Last Days, de Gus Van Sant, presenta a Blake, un rockero de grunge en los días que preceden a su muerte. Es la tercera película en una trilogía del director acerca de personajes que se acercan a su momento final. Gerry (que no he visto) trata acerca de dos tipos que se pierden en el desierto, pasan toda la película buscando encontrar una salida, mueren y nunca son encontrados. Elephant sigue a un grupo de estudiantes de secundaria el día en que un par de ellos deciden atacar la escuela con armas de fuego y matar a compañeros y maestros. Ambas películas evitan las explicaciones. Hoy en día no hay muertes inexplicables, siempre se busca la claridad de los sucesos trágicos, con lo que simplifican sus causas y se logra señalar a algún lugar para culpar. En Elephant, nunca se entiende qué es lo que lleva a los estudiantes a matar así, y en Gerry nunca se explica cómo es que los dos personajes fueron a dar al desierto. La idea es que hay cosas tan terribles que no tienen una explicación sencilla. Era un día normal en la secundaria, incluso aburrido, y luego sin ninguna verdadera razón todo se convirtió en un infierno. Last Days evita estas explicaciones también, y es un retrato duro, bastante difícil de un ser humano en la última etapa de su drogadicción. Estas son películas sobre personajes que viven la vida como si no tuviera ningún valor.



Aunque el personaje de Blake (el rockero interpretado por Michael Pitt) está inspirado en Kurt Cobain, y la cinta en sus últimos días de vida, un letrero advierte que los personajes son ficticios, como si irónicamente ni siquiera en esta versión de los hechos pudiera Cobain existir propiamente como un ser humano.

Blake merodea por los bosques cercanos a una casa enorme de piedras donde pasa el tiempo muriendo. Camina por todos lados sin que se nos permita ver su cara cubierta por su cabellera. No habla, murmura, y basicamente no dice una sola línea completa en toda la película. Es un personaje al que no le importa nada ya. Pitt está increíble en esta actuación. Crea una barrera invisible pero inconfundible alrededor de su personaje, tan alienado que la gente a su alrededor sabe que por más que le hablen, nada está sucediendo dentro de él.

Last Days es una película donde basicamente no pasa nada. Y esa nada es precisamente el tema, el tópico que une a las tres partes de la trilogía. Un vacío que pocos directores logran explorar con éxito. No hay un plot, no hay una historia, ni una resolución. Es acerca de momentos, de comunicar sentimientos, o de comunicar la falta de comunicación de los sentimientos entre los seres humanos de los Estados Unidos del siglo XXI. Hay una larga toma en dolly out de Blake tocando la guitarra. Lo vemos desde afuera de la casa por una ventana y la cámara se aleja lentamente mientras toca y se deja llevar por sus propios gritos sin decir nunca una palabra. Es un retrato desolador de un personaje icónico de nuestra generación. Para cuando la película empieza, Blake ha dejado de ser un humano. Es un fantasma que no siente nada por nadie excepto un enorme vacío. La gente a su alrededor lo ve con preocupación, pero sabe que está más allá de la salvación. En ese sentido, Last Days debe ser la primer película en retratar a un héroe generacional más como probablemente fue al morir que como nos hubiera gustado imaginarlo. Y hay que agradecer la honestidad de Gus Van Sant por eso.

NOTA: Hace unas semanas despotriqué bastante mala onda contra The Brown Bunny, otra película en la que casi nada pasa. Y mantengo mi opinión. La diferencia, probablemente sea que algo como Last Days tiene una relación más orgánica con su estética y su contenido. El cine americano es el más temeroso de los ritmos lentos y de alejarse del recurso de la "trama" para contar una película, y es fácil decir que actualmente nadie en esa cinematografía hace películas como "El Eclipse" de Antonioni, otra película donde no pasa casi nada en terminos de trama pero mucho en terminos emocionales e intelectuales. Aunque fallida, películas como The Brown Bunny o en casos más afortunados como esta trilogía de Van Sant, son prueba de que ese tipo de cine meditativo no está completamente extinto y que bien realizado, puede tener resultados no solo interesantes sino ejemplares como Last Days.

HABER HABER

HABER HABER
Tal vez para muchos esto sea un asunto sin importancia, pero alguien tiene que decir algo al respecto, para que asi al menos las personas que sean culpables de lo que estoy a punto de discutir sepan que la están cagando. No sé como lo vean, pero estoy harto de leer en internet y de chatear con personas que confunden "haber" con "a ver" y viceversa.
Cada vez que una persona me dice algo como "haber si vas" o "aver sido el mejor" siento que merecemos ser una cultura aplastada por cualquier otra que al menos se esfuerce por algo tan elemental como escribir una palabra que usan cien veces al día de la forma correcta.
El trip de "haber" y "a ver" es una prueba más de que hay demasiada gente ahí fuera que no lee ni el periódico, ni tiene la menor idea de qué es lo que está diciendo la mayor parte del tiempo. El momento en que una persona me pone "haber" en vez de " a ver" en el messenger, un foquito se enciende en la parte de atrás de mi cerébro que me dice que "esta persona está completamente jodida y no puedes tomar en serio NADA de lo que te diga". Decir "haber" en vez de "a ver" es como querer sonar solenme mientras hablas con un pedazo de cilantro atorado en los dientes. Al chile que es algo auto-humillante.
¿Y qué puedes hacer en esos casos? Da tanta pena ajena que uno ni siquiera se atreve a decirle a la persona porque, yo creo, muy profundamente creemos que una persona adulta, con un jale respetable, que pone "haber", está más allá de cualquier tipo de ayuda.
Así que para que no quede duda:
"A ver" se usa cuando dices que vas a "ver" algo, ejemplo: "a ver que te parece", "a ver si le caes", etc...
Y "haber", sería para "haber sido" "haber salido", etc...
Haber no tiene nada que ver con Ver.......asi que porfavor hagan algo para erradicar esa estupidez de nuestro catálogo nacional.

JAPASEX

JAPASEX
Hace casi dos años tuve la fortuna de toparme en el Sahari's con Blind Beast, una película japonesa de los sesentas que alimentó mi morbo con su premisa de "escultor ciego que secuestra a su modelo para torturarla...con la ayuda de su madre". La estaba viendo con Lina y recuerdo como poco a poco fuimos pasando de la curiosidad al asombro a de plano, total shock con la manera en que la historia se desenvuelve. No quiero decir nada más porque arruinaría para cualquiera que la quisiera ver, el placer macabro que produce aventarse una movie así a ciegas.

Lo que quedó claro una vez que la película terminó es que Blind Beast era mucho más que la cinta explotativa y banal que yo pensé que había rentado, y que más bien se trataba del trabajo de un artista único con intenciones claras y una estética original. El artista en cuestión se llama Yasuzo Masumura, cuyo tema favorito siempre fue la obsesión sexual y cuyas películas, especialmente en los 60's, eran lo suficientemente atrevidas como para que hoy día se sientan de cierta forma tabú. Su historia es que el tipo se fue a estudiar cine a Italia y tras un par de años de empaparse en la cultura europea, comenzó a idear un cine en el que la cultura japonesa se liberara de su tradicional rigidez:

"Mi meta es crear un retrato exagerado con solo las ideas y pasiones de los seres humanos vivos. En la sociedad japonesa, la cual es esencialmente rígida, la libertad y el individuo no existen. Los temas del cine japones son las emociones del pueblo japonés, quienes no tienen opción excepto la de vivir de acuerdo a las normas de esa sociedad...Después de tener la experiencia de vivir en Europa por dos años, quería retratar el tipo de gente hermosamente vital y fuerte que conocí ahí".

Más allá de las objeciones que siempre puede uno tener cuando una persona se expresa muy favorablemente de gente de otra cultura (opiniones que muchas veces carecen de pensamiento crítico), lo interesante del caso de Masumura es que el realismo de la sociedad japonesa es sustituido por una versión de fantasía, una especie de mutación idealizada de la "libertad y sofisticación" europea, que sin embargo, no puede evitar terminar de las formas más extrañas, dramáticas y sórdidas. O sea que lo japonés no se le quita ni a madrazos. Es interesante porque es una manera original de ilustrar un choque cultural sin siquiera mencionarlo. Y es interesante también porque da pie a un estilo de fotografía, edición y actuación que rebasa no solo a las películas escandalosas a las que podría hacer referencia (El Imperio de los Sentidos, Onibaba), sino que a momentos parece al mismo tiempo parodiarlas y superarlas, y funciona.




Ayer vi otra película de Masumura llamada MANJI. Es otra historia de obsesión sexual sobre una infantil ama de casa que se enamora de una modelo. No hay timidez en el cine de Masumura, no hay momentos sutiles. Todo es a brochazos, los sentimientos rara vez ocultos, el deseo sexual como algo que platicas en la mañana mientras desayunas. Cualquier película que incluya pactos de sangre, lesbianismo, humillación sexual, drogas y traición con tintes homicidas en el tono melodramático, casi sin ironía que tiene MANJI, merece al menos mi recomendación. MANJI no es una película ultra impactante como BLIND BEAST, pero tiene su interés, y es constantemente ingeniosa y, por el carácter japonés de sus personajes yuxtapuesto con lo "europeo" de sus acciones, nunca deja de ser impredecible.


No he podido encontrar más películas de Masumura en ningún lado, así que si alguien se topa alguna por ahí y me pasa el dato sería cool. De hecho, nunca he podido volver a encontrar BLIND BEAST, ni en saharis ni en cualquier otra tienda. Si alguien la ve yo pago por ella. Definitivamente la quiero ver varias veces.

UN HERMOSO DÍA

TODO EL POWER
Fue muy cool lo que hicieron los latinos el primero de mayo en Estados Unidos, mandando todo a la chingada y diciendo "fuck you" definitivamente a la idea de que son una minoría sin poder económico y político en gringolandia. Apenas al día siguiente ya toda la banda por alla estaba reconociendo que es mejor incluir a los latinos, y en general, a todos los ilegales, en los asuntos de importancia, que hacerlos a un lado porque, finalmente, pueden causar un desmadre si se lo proponen. Todo eso es muy chido.

Acá en Monterrey, una vez más, salió a relucir la verdad innegable acerca de nuestra cultura "regia": Somos una bola de ojetes, insolidarios, rancheros en el sentido de aislamiento de la palabra. Los regios en su mayoría, no le dieron la menor importancia a todo este asunto. Los que pudieron se fueron a McAllen a comprar tonterías y los que no pudieron dijeron que no fueron nada más porque no tenían lana. Una señora dijo que con la pena, pero tenía que ir allá a comprar "todas las cosas del bebé" y no tenía chance de ir en otra ocasión. Pues podía irse el sábado y comprar sábado y domingo y no comprar el lunes. Big fucking deal. O sea, neta, no era taaaaan difícil. Otros dieron como excusa que participar en el desmadre no iba a tener "consecuencias importantes" en la problemática de los ilegales de allá. Que pinche razón más débil y chafa para justificar lo que simplemente es hueva. No se trata de que los beneficios sean inmediatamente tangibles, es un pinche acto simbólico. No es nada imposible de hacer.

A todo mundo le encanta hablar maravillas sobre el lugar donde vive y la gente que habita ahí. Los regios debemos tener cualidades loables en algún lugar, pero "solidarios", no es precisamente una de ellas. Aquí la regla es que "te pongas a jalar" en vez de protestar. Por eso sube el gas y nadie dice nada, cobran hasta por mear y nadie dice nada, y cuando millones de paisanos piden la ridicula ayuda de no comprar algo gringo un pinche día, uno solo, los regios dice: "no mames". Es una triste situación que se refleja en todo. Somos gente árida. ¿Han notado que no hay árboles en ningun lado en esta pinche ciudad? ¿Y que cuando siembran árboles, los quitan al poco tiempo porque nadie los riega o porque prefieren poner cualquier estupidez en vez de eso? ¿Han notado lo triste y sin chiste que es Monterrey visualmente? ¿Los cientos de paredes que nadie pinta excepto los graffiteros, a quienes además luego los quieren meter al bote por ponerle algo de color a este comic de una sola tinta en el que parecemos vivir? Aquí la naturaleza es una "pendejada" comparada con "trabajar" y las cosas de "las empresas" que supuestamente nos tienen que hacer sentir muy orgullosos.

Sería chido que de vez en cuando alguien mecionara que nuestras más grandes industrias tuvieron su florecimiento principalmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos estaba ocupado tratando de convertirse en la primer potencia del globo y los nazis estaban matando a seis millones de judíos. No me extrañaría que alguien hubiera dicho: "Chinguen a su madre los judíos, tenemos que hacer dinero aquí". Y todos sabemos que las grandes empresas y corporaciones se eirgen antes que nada de aplastar a todas las otras, así que muy muy orgulloso, tampoco crean que me siento de ellas.

¿Recuerdan cuando en todo el planeta la banda estaba haciendo protestas contra la guerra de Irak? Miles en parís, millones en Nueva York...todo eso??? En Monterrey se juntaron 50 personas, y no, yo no estaba ahí tampoco, asi que soy igual que todos...Eso es Monterrey.

THAT'S ENTERTAINMENT
Cuando tenía diez años, la idea de ver a un wey como John Milton hipnotizar gente y ponerlos a ladrar como perros, gemir como zorras, gritar como idiotas, mientras una audiencia en vivo se la curaba me parecía, a lo mucho, intrigante. Después siempre me ha parecido aburrido. Y quisiera que alguien me explicara qué chingados tiene de cool ver ese tipo de espectáculos....¿No es suficiente verlo unas tres veces en Siempre en Domingo para darse cuenta que realmente no tiene mucho chiste? No sé como sea en el resto del país (me imagino que igual), pero para los regios, John Milton, Taurus do Brasil y toda esa banda que hipnotiza gente son algo que han demostrado no pueden perderse. Lo mismo cuando viene Jaime Maussan con sus siempre "definitivas e irrefutables" pruebas sobre la presencia de extraterrestres en México, específicamente. People love this crap. Y ayer que iba pasando por Constitución y vimos ese teatro que en vez de usarse para cosas de teatro se estaba usando para que la gente se divirtiera como nunca viendo a su compadre o a su tío hipnotizado chupándose el dedo y gateando como bebé de dos meses, una idea me golpeó en la cabeza: "Para la gente de por aquí, esto es entretenimiento". Asi que esto está a la par no solo de ir al circo, o a pasear a Plaza Sésamo. Esto es lo mismo que ir al cine. Es una manera extraña de pensar en el cine, o en el teatro para mí, que voy por razones muy diferentes. No espero que el mundo entero tenga el interés que yo y mucha gente que yo conozco tenga cuando va al cine, pero definitivamente no se me había ocurrido que para alguien ir al cine o a cualquier tipo de actividad medianamente cultural fuera basicamente tan banal como ir a ver a John Milton. Pero aparentemente, así es.

DROGADICTO
Increíble. El país entero protesta por la Ley Televisa y Fox no mueve un dedo. Nadie le dice nada por legalizar el consumo mínimo de drogas y se echa para atrás. Bueno, nadie le dijo nada excepto papi USA. Con solo eso bastó para que Fox dijera: "mejor no".

Es muy difícil hacerle entender a la gente por qué esa ley es lógica, en gran parte porque en México, el tema de las drogas está casi ahogado en un océano de desinformación. Hay dos tipos de personas en este país: los drogadictos y los que no consumen drogas. El tipo de en medio, el consumidor que no es adicto, no existe. Y por supuesto, esos son la mayoría de los consumidores. Si cada persona que consume drogas en México fuera un adicto, las clínicas de rehabilitación simplemente no se darían abasto.

Entonces un wey que se fuma un churro es un "drogadicto". Lo cual es lo mismo que decir qu eun wey que se echa una chela es un alcohólico. Cuando el pinche Diego Santoy hizo su desmadrito, lo primero que dijeron los medios es que estaba "bajo la influencia de alguna droga", aunque la neta, la mayoría de la gente que he visto drogada (específicamente en marihuana) suelen ser mucho más pacíficos que el individuo promedio, ya sea sobrio, o ebrio. Un encabezado en el Norte decía que se había comprobado que Diego "había fumado marihuana veinte días antes del crimen", como si una cosa tuviera necesariamente que ver con la otra. Repitiendo el ejemplo, es como decir que la cheve que me tomé hace tres semanas fue la que me causó la ebriedad con la que me accidenté hoy. O sea hay una cultura del miedo. Nadie sabe cómo funcionan las drogas, ni que te hacen, ni en qué cantidad. Nomás que te ponen "loco" y que son "peligrosas" y que "destruyen". Siempre la culpa es de la droga, no del que se las echa.

Y yo como consumidor de marihuana, la neta, estoy harto de andarme escondiendo como niño chiquito. Nunca he lastimado a nadie, pago mis cuentas, trabajo todo el pinche tiempo, estudié la méndiga carrera. Hice todo como se supone se debe, y resulta que no me puedo echar un churro si yo quiero. La onda esta de legalizar el consumo mínimo no sólo sirve para darle en la madre al narcomenudeo, también reivindica de cierta forma, a todas las personas que nos gusta la marihuana y que no somos adictos, o al menos, que no le causamos ningun daño a nadie por ello. Y volviendo a lo del narcomenudeo, es claro que le da en la madre porque al hacerse legal, en poco tiempo uno podría ir a comprar su mota a la farmacia o la tienda y se evitaría el malviaje de andar buscando como loco por todos lados o de ir a lugares poco amigables para eso, y finalmente el negocito truena. Y si no truena, al menos podrían poner su propio changarro, todo legal. No es fácil, pero se puede.

El argumento de que dicha ley iba a causar un "problema masivo de adicciones" es caca. Al menos en el caso de la marihuana. Todo con exceso es malo, pero de ahí a que el que se fume un churro se vuelva adicto hay una enorme, ENORME diferencia. Y si México se llegara a volver un destino del "narcoturismo" como Holanda, bueno...seamos francos. México YA ES un destino del narcoturismo. Nomás hay que echarse una vuelta por Tijuana y toda la costa del pacífico para ver que TODO el mundo anda fumando mota como si nada. Así que todo ese argumento es bastante hipócrita además.

Debería de haber de algún lado, y por más "polémica" que pueda llegar a ser, una campaña informativa sobre las drogas, qué son, cómo funcionan, qué hacen y todo eso. Decir que "las drogas destruyen" lo único que ha hecho es crear una brecha entre la gente que las consume y la que no. Es como si una persona que toma alcohól se viera de pronto segregado, señalado por los que no lo hacen, nada más porque en la tele dicen que es malo.

Y respecto a la gente que sí es adicta a las drogas, pues vamos, son personas, son enfermos, no criminales. Y no es culpa de las drogas cuando te vuelves adicto, como no es culpa del carro ni del alcohól cuando un wey va ebrio en una camioneta a 200 kilómetros por hora en constitución y se ensarta con un trailer. La responsabilidad, siempre, es del individuo. No somos niños, ¿verdad=?


MATCH POINT
Hay dos razones básicas a las cuales atribuirles el hecho de que MATCH POINT sea fácilmente la mejor película de Woody Allen desde Crímenes y Pecados (1988!!!!): la primera es que tiene un guión impecable, masterful, preciso. Como un reloj, con personajes tan bien definidos y situaciones tan convincentes que lo hacen sentir como una especie de épica moral (o mejor dicho, amoral). Un guión que, como hace muchos años Allen no hacía, usa la trama para hacer un ensayo filosófico acerca lo fortuito de la existencia, con un final que más que sorpresivo, es medio aterrador, cuando piensas las implicaciones que conlleva acerca de la naturaleza humana. La otra, menos profunda, es que por fin Allen se salió de Nueva York y se fue a Londres.


De esta simple tontería se derivan muchos factores que ayudan a Match Point a ser realmente un hito en la carrera del cineasta. Desde hace algunos años, Woody Allen no había estado dándole al mundo su mejor cara. El hilo de comedias simplonas y poco ambiciosas de Small Time Crooks, Curse of the Jade Scorpion, Hollywood Ending y la casi insoportable Anything Else era señal de un bajón creativo, algo de desconexión con la realidad inmediata, o de plano senilidad. La falta de lana lo obligó a cambiar Nueva York por Londres como locación, y Match Point recibió entónces una inyección de creatividad británica, especialmente de los actores, que en este caso resulta invaluable.


Johnathan Rys-Meyers es un extenista profesional relegado por la "mala suerte" a ser un simple entrenador personal. Pero el fracaso no le ha quitado la ambición, y cuando se hace amigo de un yuppie amante de la ópera, y luego de su hermana, reconoce la oportunidad. La hermana, Emily Mortimer, se enamora de él, y básicamente con la ayuda de su padre, lo "compra" con un buen jale, dinero y lujos. El malviaje llega en la forma de Scarlett Johansson, la novia del yuppie, y con quién obviamente tiene una química sexual bastante densa. El problema del tenista no es que tiene que elegir entre una chica y la otra, sino que con una tiene los lujos que siempre quiso y con la otra el sexo que siempre quiso, y en el universo amoral de la movie, elegir está de hueva. Los actores dan vida a esta película porque suenan como gente de verdad y no como los neoyorkinos típicos de las películas de Woody Allen, que en los últimos años ya parecían más bien una pachequeada de él que cualquier otra cosa. Resultaba lastimoso escuchar a Jason Biggs decir que Christina Ricci era un "knockout", simplemente porque no hay un wey de 20 y tantos años en los Estados Unidos de America que se exprese asi de una morra. Estos actores gringos, al decir los diálogos tal cual estaban escritos, sonaban falsos. Los británicos tal vez no cambiaron los diálogos, pero seguramente por cuestiones de diferencias culturales, Allen tuvo que hacerlo y el resultado es que todo el mundo habla no como en una película, sino como en la vida. Scarlett Johanson, por su lado, está tan alejada de Diane Keaton y Mia Farrow, que hace de la vampiresa sexy típica algo nuevo, una especie de vampiresa gen-x o algo, y funciona.


La visión de Match Point acerca de la humanidad es que la mala o buena suerte casi siempre importa más que la moral. Ser inteligente y trabajador no significa ser un ganador. No importa si eres bueno o malo, a veces las cosas más fortuitas marcan tu destino. Esto hace que la película tenga un cinismo fascinante. Se vuelve impredecible.

Muchos cinéfilos que le buscan el pelo a la sopa acusan a Allen de repetitivo. Eso no es precisamente cierto. Una cosa es que los créditos de sus películas siempre sean iguales, y que prefiera usar jazz y música clásica en el soundtrak, y otra es que no sea eclético. Dentro de su sello personal ha incursionado en varios géneros y ha hablado de cosas completamente distintas entre sí, pero es cierto que MATCH POINT se siente incluso más diferente de lo normal. Al grado que sin los créditos, tal vez alguno no hubiéramos concluído que lo que estábamos viendo es una película de Woody Allen. No sé pero esot me emociona mucho, un viejo de 70 años sacándose un nuevo truco de la manga. Esta clase de cosas te renuevan la fe en el arte.

MATCH POINT es de lo mejor de Woody Allen (y eso es decir ALGO), está ahí en esa privilegiada lista donde andan MANHATTAN, CRÍMENES Y PECADOS, HANAHH Y SUS HERMANAS, BALAS SOBRE BROADWAY y DECONSTRUCTING HARRY. ¿Quién iba a decir que algo tan fortuito como un bajo presupuesto y un cambio de locación le iban a caer tan bien al cabrón? ESO ES SIMPLEMENTE SUERTE.